Capítulo 38. Confesión

Justin la escoltó a su oficina a Valentina y habló con su secretaria en italiano, abrió la puerta de su despacho y ella entró y se sentó frente al escritorio.

Justin le dio su teléfono celular con el contacto de su madre listo para marcar.

Valentina escuchó apenas dos timbrazos cuando Verónica contestó.

***Verónica Santiani…

— ¡Mami!

***Deja que llegue a Milán, me vas a escuchar Valentina, ¿cómo es posible que seas tan tonta?

—Ya estoy bien mami, pero necesito donde hospedarme hasta el lunes.

***No te preocupes, te quedarás allí en el hotel Larsson.

—Gracias mami, yo sabía que podía contar con mi papi… perdón, mejor me calló —Valentina bromeaba con Bernhard, pero tenía prohibido hacerlo en público y allí estaba Justin.

***Si mejor te callas, te enviaré dinero.

—Mami es que no tengo teléfono, no puedo contar con dinero electrónico.

—En el hotel hay computadoras, supongo que tienes tus tarjetas.

***Mami es que no recuerdo mis contraseñas, quedó todo en mi teléfono dañado.

Valentina arru
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