Capítulo 39. Recuerdos dolorosos
Paola desde que aceptó hacerse esposa de Joseph empezó a conocer un hombre que no imaginaba pudiera ser, se había enamorado de él casi que de inmediato; así que cuando él con determinación le dijo que debían enfrentar a los Padilla sintió un miedo terrible.
Paola lo abrazó fuerte y tembló de miedo.
—No, por favor Joseph —ahora se arrepiente de haberle contado todo eso y niega con la cabeza aferrada a él—. No debí decirte, por favor olvídalo.
Joseph la despegó de él para poder mirarla a los ojos y odia profundamente ver su pánico.
—No puedo olvidarlo, esto afecta tu vida y no puedo quedarme como si no hubiera escuchado nada.
—Estamos muy lejos de ellos, tú nada tienes que ver.
— ¿Cómo qué no? ¡Yo le di dinero a ese hombre! Paola si me hubieras contado todo esto no lo habría hecho.
—Me iban a deportar, él reclamaría su derecho de paternidad y mi inocente hija sería Padilla —Paola negó con la cabeza—. Tú no tienes idea de cómo viven Joseph, ellos están malditos corrompidos en el alma. Al