Capítulo 23. Algo de confianza
A Paola la sacaron sin quitar la venda de sus ojos y la metieron en una camioneta junto a Joseph, él la sujetó de los brazos cuando ella se movió frenética queriendo defenderse.
—Soy yo, estás bien.
Joseph le quitó la venda de los ojos y Paola lo abrazó llorando y temblando llena de adrenalina.
— ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?
— ¡Schh! —Estamos bien.
La van en donde estaban avanzó y cerca de la carretera principal un hombre con capucha abrió la puerta y ambos salieron a la noche solitaria.
—Caminemos —dijo Joseph halándola del codo.
— ¿Cómo hiciste para que nos soltaran? ¿Les pagaste?
Joseph la miró y quiso decirle, pero se arrepintió y solo afirmó con la cabeza.
—Creo que solo querían dinero.
Paola vio a su alrededor.
—No, ellos sabían quién era yo, creo que Wilmer los mandó —Paola paró y puso sus manos en el rostro—. Ay Dios mío, eran gente de Wilmer y ahora querrá matarme, debemos ir por Emily, me enviarán a prisión.
Joseph fue por ella y la tom