Dios, estoy cansada, yo diría muy cansada. Ya llevamos una hora manejando y nada que llegamos.
- ¿A dónde vamos?
- Ya casi llegamos, Lia.
- Es que estoy cansada - digo haciendo un puchero.
- Lo sé, amor, pero ya estamos por llegar.
No entendía a dónde me quería llevar; yo me hubiera conformado con un hotel o algo así. Luego de 10 minutos, el auto al fin para y mi reacción al bajar fue de asombro.
- ¡Wow, qué hermosa casa! - Creo que parezco una niña pequeña con juguete nuevo, pero es que la verdad esta casa está preciosa.
- ¿Te gusta?
- ¡Sí, me encanta! ¿Es tuya?
- Es nuestra, mi amor - Miro impresionada la casa y él toma mi mano para que entremos.
- ¿Quieres dar un recorrido por la casa?
- Me encantaría, pero en serio estoy muy cansada, este bebé roba todas mis energías - Él sonríe.
- Entonces vamos a descansar, hoy fue un día largo.
Cuando llegamos a nuestra habitación me quedo sorprendida por lo hermosa que es.
- ¡Me encanta! - grito feliz y él se ríe por mi reacción.
- Me alegro qu