—No necesitó tu autorización para regresar a tomar mi lugar en mi empresa, ni como CEO, ni como esposo. Me has tenido sometida y lo he aceptado por el bien de Liam, pero ya creció y ahora es momento de pensar en mí y mi sueño y vocación están aquí en la empresa que me dejó mi padre. No se te olvide que cuando te conocí yo llevaba la empresa con mi padre, así que no solo sé hacer la sopa bien, sino también sé llevar bien los negocios.

—¿Esto desde cuándo lo tienes planeado?

—Desde siempre.

—¿Y no te importa que por esta decisión nuestro matrimonio se vaya al diablo?

—No tendría por qué, no estoy haciendo nada malo. ¿O es que trabajar es un pecado? ¿No sabía que tenía prohibido realizarme? —Lo miro directo a los ojos. —Pero si esa es tu decisión adelante, no puedo estar con un hombre que me quiera cortar las alas y solo me quiera para que le prepare la sopa —me observa y guarda silencio por un largo tiempo.

—No quiero cortarte las alas, solo me tomaste de sorpresa y me preocupa la casa,