Me di un baño relajante, me alisté y guardé todos los juguetes que ese travieso de Rohan, me ha enviado. Son varios, los observo un segundo y en verdad que aún no sé cómo es que me deje llevar, cómo puede caer ante las insistencias de ese hombre tan encantador.

Es la casualidad más bonita de mi vida y también una de las anécdotas más bochornosas de mi vida. Les contaré rápido en lo que guardo la evidencia de mi pecado.

Como ya saben, yo estudié en colegios religiosos. Al graduarme seguí con mi servicio a la iglesia, después de casarme esa era mi única distracción: poder servir, hacer obras de caridad, etc. Entré a un grupo de servicio, ahí nos anunciaban si habrá alguna obra de caridad, un servicio, y también había grupos de enseñanza.

Conforme Liam fue creciendo, se me dificultaba un poco más asistir y, claro, también, con las exigencias de Carlo, me fue siendo imposible seguir ayudando. Quien dirigía esos grupos era un religioso llamado Rihan. Un día navegando en redes buscando el g