Cap. 22 Besitos de amor.
—Sofía, es una inútil, no sé por qué la contrataste, ve mi camisa no está bien planchada —Carlo, entra furioso a mi habitación quejándose como siempre.
—Lamento tanto que estés pasando por estas cosas y todo por mi culpa —le digo fingiendo una verdadera preocupación porque el señor está sufriendo por su camisa, que yo veo impecable, pero que para él parece como si la hubiera sacado de la basura.
—No entiendo cómo justamente se te tenía que hacer eso en la mano, yo creo que desayunaré fuera, si así está mi camisa, no quiero imaginar mi desayuno.
—Yo tampoco entiendo cómo pude tener tan mala suerte. Podrías decirle a Gloria, que te prepare el desayuno, ella fue la que me enseñó a guisar todos esos platillos que te encantan.
—Eso sería un abuso, ella vino de vista y sería muy grosero ponerla a cocinar.
—Si tienes razón, me siento aún más apenada con ella, no la he podido atender como merece, pero con esta mana no puedo hacer nada.
—Supongo que con esa mano tampoco podrás asistir al event