Al escuchar esas palabras, los periodistas vieron a Andrés y se precipitaron hacia él en masa.
Selene corrió rápidamente hacia Nacho, sintiendo un leve dolor en las rodillas debido a sus zapatos de tacón y la lesión en la rodilla.
—Patrona, has tendido una trampa para señor Andrés— comentó Nacho aprovechando que los periodistas aún no se habían dado cuenta de su presencia, y abrió la puerta trasera del coche.
Selene se sentó rápidamente en el interior del vehículo, pero se sorprendió al ver a Mariana allí.
—¿Selene, estás bien?— Mariana miró preocupada a Selene y le pasó rápidamente una taza de café caliente. —Lo acabo de comprar, está caliente. Toma unos sorbos y respira.
Selene aceptó el café y tomó unos sorbos, recuperando el aliento. Luego preguntó:
—¿Por qué viniste?
—Yo...— Mariana comenzó a decir, pero fue interrumpida por Nacho.
—Patrona, Mariana estaba preocupada por ti y me insistió en venir a recogerte.
Selene se sorprendió al saber que Mariana estaba preocupada por ella.