Margaret vaciló por un momento. Todavía no estaba segura acerca de Richard, pero sabía que necesitaba mantenerse a salvo de Alexander y pensó en la seguridad de Ben.
—Sí, viviré contigo —dijo con firmeza.
Richard respiró aliviado.
—Gracias —Richard suspiró y abrazó a Margaret, ella correspondió al gesto de cariño.
Ambos se dirigieron hasta el apartamento donde Margatet se había estado quedando y comenzaron a empacar sus cosas y se dirigieron al apartamento de Richard. No tardaron mucho, ya que la joven madre solo tenía lo justo.
Cuando se instalaron, Richard de inmediato comenzó a investigar las pruebas en su contra. Margaret se sentó en el sofá y observó cómo trabajaba Richard.
—Margaret, ¿crees que Alexander realmente podría hacer algo como esto? — preguntó Margaret, todavía inseguro sobre la situación, porque carecía de pruebas.
— No lo sé — respondió Richard, escribiendo furiosamente en su computadora —. Pero voy a averiguarlo.
El teléfono de Margaret sonó de repente y ella lo d