James se alarmó ante la poca acción de Tatiana, estaban a punto de abrir la puerta y ella se había quedado como congelada en el tiempo, quizá cavilando opciones, pero no les quedaban muchas.
— Rápido — dijo James con ansias —, escondamos estos documentos y salgamos de aquí antes de que nos descubran.
Tatiana asintió y, con manos temblorosas, guardaron rápidamente los papeles en la carpeta y la colocaron nuevamente en su escondite en el armario.
Cerraron las puertas justo a tiempo, justo cuando Rose y Albert entraron a la habitación. La unica salida por el momento era esconderse debajo de la cama.
James y Tatiana se mantuvieron en silencio, conteniendo la respiración mientras escuchaban la conversación desde su escondite.
El misterio se profundizaba aún más, y ahora tenían que actuar con cautela para proteger sus descubrimientos y, al mismo tiempo, seguir investigando la verdad detrás de la desaparición de Margaret y Ben.
Rose y Albert entraron a su habitación con Richard siguiéndolo