Habían pasado varias semanas, desde que Alexander y yo estabámos juntos.
Y para ser honesta, era increíble estar al lado de alguien tan divertido y dulce.
Era una persona completamente distinta a la que conocí cuando llegué aquí. Aunque tenía la certeza, de que el hombre que estaba ahora frente a mí, era el verdadero Alexander.
En éste momento, nos encontrábamos en la cama, después de una maravillosa noche juntos...
Ésta vez habíamos cambiado de sitio, estábamos descansando en mi cuarto.
-Deja de ser tan malo con Martin- le recriminé mientras me abrazaba.
-Sólo le recuerdo que si lastima a mi hermana, le voy a romper los huesos- respondió tan cerca de mi cuello, que me hacía cosquillas con el aire que salía de su boca.
-Todo el día se lo recuerdas- reí y él me imitó -Voy al ba