Mientras sostenía uno de los rostros más bellos que había visto jamás Renzo pensó en tomarla como suya, nada molestaría más a Carter que la mujer con rostro angelical le diera la espalda, ella era la única con el poder para doblegarlo.
Ella era la perdición de su hermano.
A diferencia de Carter, él no era del tipo que codiciaba a las mujeres, las tenía por montones y todas ellas estaban dispuestas a lo que sea con tal de ser conservadas, ansiosas por recibir sus atenciones, ninguna tenía un rostro que pudiera recordar, solo eran un coño para follar y desechar.
Adriana no era la excepción.
La utilizaría para sus beneficios y luego se desharía de ella.
—Questa volta non si tratta di dargli un avvertimento — Le dijo a Adriana. —Ti useró per infastidirlo e poi ucciderlo.
“Esta vez no se trata de darle una advertencia” “Te usare para molestarlo y luego lo matare”
Adriana supo inmediatamente que ese bastardo iba a arrastrarla en medio de su disputa con Carter y la sangre le hirvi