—Cedric yo nunca quise...
— Maldita sea fui tan ciego, solo tenía que atar cabos, hubieron tantas señales y simplemente las ignore.
— ¿Señales?
— Las pecas, el cabello, los lentes de contacto, el yudo, tu piel...
— ¿Mi piel?
— El tono se aclaraba, pero se volvía más oscuro después de tus días libres, pensaba que era porque ibas a la playa o llevabas mucho sol... joder ¿Cómo no me di cuenta?
— Realmente lamento todo esto… —Susurró poniéndose los pantalones, la camisa y el resto de la ropa aún estaban esparcidos por las escaleras. —Me iré tan pronto como termine de vestir...
— No… —Soltó de golpe levantándose, ella lo miro sorprendida.
— Creo que será lo mejor, necesitas pensar, calmarte un poco.
— Puedo hacerlo contigo aquí.
— Pero...
— Solo estoy frustrado y me siento como un imbécil también, pero aún te necesito a mi lado... Aún te quiero por más estúpido que eso suene.
— De verdad no era mi intención mentirte, ni burlarme de ti... no encontré momento para decírtelo, ni siquiera pens