CAPITULO 5 NO TE METAS CONMIGO

Pasaron varias semanas, Max ya no habia discutido con Fernanda, se dedicó de lleno al caso de su amiga, que no habia resultado tan fácil de resolver como pensaban.

Fernanda ya se había adaptado a su horario y le iba bastante bien, a pesar del ritmo de trabajo.

Una mañana iba de salida, cuando Leo la alcanzó.

- Fer, olvidaste firmar la solicitud para la resonancia - dijo apresurado y mirándola fijamente.

- oh, gracias, lo olvidé por completo - le sonrió, y dió la vuelta, mientras caminaban de regreso él habló.

- Dime, ¿tu adorado esposo te prohibió hablar conmigo?- dijo sarcástico.

- Claro que no, eso es decisión mía, realmente tu y yo ya no tenemos mucho de que hablar.

- Aún no entiendo porqué te casaste con ese tipo Fer, no tienen nada en común.

-Pues porque lo amo.

Él la detuvo, y por sorpresa, la sujetó y le plantó un beso en los labios, ella trató de empujarlo, de repente sintió que lo apartaron de un tirón de ella y solo pudo ver cómo Max golpeaba a Leo en la mandíbula, lo que lo hizo caer hacia atrás.

- ¡¡No te atrevas a tocar a mi esposa de nuevo imbécil !!

Leo se levantó rapidamente, con sangre en su boca, levantó su puño, y golpeó a Max en el rostro, él se tambaleó, y ya se preparaba para responder.

-¡¡ Basta Max!! - gritó Fernanda, interponiéndose entre ellos, cuando lo vió dispuesto a seguir con la pelea. - detente, por favor, - dijo tratando de contenerlo. Él la miró, aún exaltado - vámonos - le rogó ella.

Leo se quedó de pie, limpiándose el rostro.

-¡¡ Esto no se va a quedar así, Max!! - gritó furioso.

Ellos se alejaron, caminando en silencio por el estacionamiento.

-¿Estás bien? - preguntó cuando se detuvieron, ella trató de revisar su rostro.

- Déjame, estoy bien- respondió él, apartándose de su toque. - Te advertí sobre ese tipo ¿ Que hacías con él?- dijo cuando subieron a su auto.

- Solo olvidé hacer algo, realmente no esperaba que hiciera eso.

-¡ Claro que no! por eso ya lo puse en su lugar.

- No debiste golpearlo, ahora tendré problemas.- dijo masajeándose la frente.

- ¿Problemas? no te preocupes, conozco un par de buenos abogados - dijo arrogante.

- No es gracioso Max, puedo perder mi trabajo, aunque eso te gustaría.

- Ya no, además no lo permitiría, ahora te llevaré a casa, hoy tengo una audiencia importante.

*****

Diego y Max se encontraron con Isabela y su aún esposo, Marco, en su oficina, habian tenido algunos desacuerdos, pero al final lograron conciliarse y ese día firmaron su divorcio.

- Soy una mujer libre- sonrío satisfecha.

- ¿Y que harás ahora? - preguntó Diego.

- Soy diseñadora de joyas, todavía tengo algunos contactos, y tengo muchos bocetos guardados, Marco no quería que trabajara, pero seguía diseñando.

- Es un buen plan - dijo Max.

- Gracias por todo, les debo una cena, ¿qué les parece mañana?

- Esta bien , dime dónde y nos veremos ahi - dijo Max.

- ¡ Perfecto!, les diré dónde más tarde, hasta luego. - ella salió del despacho con una gran sonrisa.

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