CAPITULO 4 RECONCILIACIONES

Fernanda habia dormido unas horas, Max no la habia llamado, suponia que era para no molestarla, así que llamó a su amiga Lucy, para comer algo, se encontraron en el centro comercial, que estaba cerca del despacho de él.

-¿Como te fué amiga? ¿aún está enojado tu esposo?- preguntó Lucy.

- Si, pero no voy a ceder con lo del trabajo, no sé que quiere que haga con mi tiempo, y está celoso por Leo.

- Te casaste con él , que más prueba quiere, - respondío rodando los ojos - con lo atractivo que es, y es tan inseguro.

- No lo sé, pero eso no me gusta, crea problemas innecesarios.

- Bueno, espero lo resuelvan, mejor vamos a comer.

****

Max y Diego hablaban con su nueva clienta, la cual era muy hermosa, rubia, sofisticada, habian llegado a un acuerdo para trabajar con ella y representarla en su divorcio.

- Hacía mucho tiempo que no te veía- le dijo Isabela a Max- te ves muy bien.

- Ha pasado tiempo, también tu te ves muy bien - dijo sonriendo-. Ya terminamos aquí por el momento , debemos reunirnos mañana nuevamente para determinar que es lo que quieres y llevarlo a la demanda.

- Me parece bien, aunque ya lo hablé con Marco, se supone que estamos de común acuerdo, para agilizar todo, ya ni siquiera vivimos juntos y no tenemos hijos.

-Bien, eso facilitará las cosas.- dijo Max.

- Vamos te invito un café en la plaza - dijo ella.

Él consultó su reloj -claro, tengo tiempo.

Entro a la plaza hablando animadamente con Isabela, ella lo tocaba con la confianza de conocerse, reían y él se relajó.

- Dime Max ¿que es de tu vida? - ella ya había notado el anillo en su dedo.

- Pues me casé, hace dos semanas - levantó su mano, mostrándole su anillo de bodas.

- ¿En serio? ¿y quién es la afortunada de tenerte?

- No la conoces, es una doctora, especialista en Urgencias, trabaja en el Hospital General.

- ¡Que extraño! una doctora y un abogado,¿ que tienen en común?

Siguieron hablando de sus vidas, ella le contó como conoció a su esposo, y el cómo conocio a Fernanda.

- ¡Compré café para todos en el piso de Urgencias, solo para volver a verla!

- Vaya que te impresionó.

- Mucho - dijo sonriendo , se dió cuenta que la extrañaba, asi que la llamó. -disculpa, dijo a Isabela.

Fernanda también se encontraba en la plaza con Lucy, ya habian terminado de comer, y solo caminaban, sonó su teléfono y contestó.

* - Hola, ¿que pasa? ¿está todo bien?

- ¿Te desperté?

- No, estoy con Lucy en la plaza del centro.

- También yo, que raro, estoy con una clienta, en el lugar que nos gusta, ¿ vienes?

- No quiero interrumpir.

- yYa terminamos, solo estamos hablando.

- Bien, voy para allá. *

- Vamos al café, por la otra puerta,- dijo a Lucy.

se encontraron con su esposo, sentado con una hermosa mujer, en su cafetería favorita.

- Hola - dijo él, levantándose de su asiento, dándole un beso breve en los labios, saludó a su amiga con un beso en la mejilla - ¿ Cómo estás Lucy?

- Muy bien, gracias, Fer, creo que me voy, quiero descansar, nos veremos mañana - dijo haciendo un guiño. - se despidió agitando la mano y se marchó.

- Fer, ella es mi amiga Isabela, ahora es mi clienta- ella se puso de pie, extendiéndo su mano a Fer.-

Isabela, ella es mi esposa, Fernanda.

- La doctora. - le dió un repaso de pies a cabeza, lo que no le agradó a ella.

- Así es - respondió al saludo.- Cariño, si no has terminado, quisiera irme.

El la miró, extrañado - entonces vámonos - girándose a su amiga le dijo- Isa, nos veremos mañana a la hora que acordamos.

Se despidieron de ella y se dirigieron a su casa.

- La tipa se muere por ti- dijo Fernanda, al llegar.

- Isa es mi amiga, la conozco hace mucho.

-¿ Isa?

- ¿Ahora te tú te pondrás celosa ? - preguntó.

- Solo es precaución, no olvides que trato con gente deshonesta todo el tiempo, además ,creo que tuviste algo con ella, solo por la forma cómo me miró.

- Si hubo algo, hace mucho tiempo, pero no resultó y ahora...

- Se está divorciando.

Se acercó a ella, la tomó por la cintura, y la besó intensamente.

- Te extrañé, .... lo siento, no quiero discutir - dijo en un susurro.

- Pues no insistas en lo del trabajo.

- De acuerdo - suspiró resignado- bésame.

Ella lo besó, tomando su rostro entre sus manos, y de repente la cargó, llevándola a la cama, se quitaron la ropa con urgencia, y la hizo suya, moviéndose rápido, sin contenerse, hasta hacerla sentir un intenso orgasmo. Él se dejo ir, disfrutando del placer que ella le provocaba.

Se ducharon juntos, ahí le hizo el amor nuevamente, contra la pared, entrando y saliendo lentamente, hasta llegar juntos al éxtasis.

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