A medida que avanzaba la tarde, Alice forzaba una sonrisa, intentando parecer feliz delante de Gabriela, mientras que en secreto su frustración y su rabia no hacían más que crecer, cada vez más profundamente ocultas. Y muchas ideas llenaban su cabeza sobre vengarse de Emily. La que sólo había tenido una noche con Gaspar para quedarse embarazada, mientras ella llevaba todos estos años intentándolo y sólo había conseguido frustrarse.
Ya no sabía qué hacer para tener ese hijo. Su padre llegó a creer que el problema lo tenía Gaspar, que de alguna manera conocía la cláusula de embarazo y la firmó porque sabía que era estéril, pero después de la aparición de Gabriela, quedó claro que Alicia era el problema y a partir de entonces, estaba convirtiendo su vida en un infierno.
- ¿Nos vamos a dormir entonces?
- ¿Quieres dormir conmigo, papá?
- ¿Puedo?
Gabriela se lo pensó un momento y luego preguntó:
- ¿No duermes con Alicia, papá?
Gaspar se quedó callado. No sabía qué decirle y tuvo que inventa