—Carlos, realmente sé que me equivoqué, cuando vi el video ya lo sabía, pero no tenía otra opción, si no le daba el dinero iba a publicar el video, entonces todos se enterarían, ¡eso no podía pasar! —Leticia se secó las lágrimas.
Carlos de repente recordó la última vez que Leticia vino a la empresa a pedirle que la enviara al extranjero, ¿acaso desde entonces ya...?
—La última vez que me buscaste para ir al extranjero, ¿la persona que heriste accidentalmente con la daga era ese hombre? —preguntó.
Leticia asintió llorando:
—Era él, pero después descubrí que no había muerto.
—Leticia, hija mía, ¿por qué no le dijiste a la familia? ¡Si le hubieras pedido dinero a tu hermano para recuperarlo no habría pasado todo esto! —Roberta se compadeció de su hija, también se le llenaron los ojos de lágrimas.
—¿Cómo se llama? —la voz de Carlos era fría, con ira.
—Diego Cruz, no sé si es su nombre real, pero tengo su foto —Leticia sacó su teléfono y le mostró la foto a Carlos, esta la había tomado en s