—¡No! Aunque los Caballero ahora están unidos a los Cisneros, yo no soy tan bajo como para usar el matrimonio de mis descendientes para atar a la empresa. Sin importar lo que elijas, no me voy a meter, solo una cosa: no puedes lastimar a Milena. Yo realmente la trato como a mi nieta —los ojos de Jorge se volvieron serios.
Daniel asintió solemnemente, nunca había pensado en lastimar a Milena.
En la fábrica del Grupo Caballero, Milena y Daniel esperaban en la entrada al responsable de Cumbre, acababan de llegar.
Cumbre era un grupo transnacional, que Daniel apareciera ya era mucha consideración.
Un auto lujoso se detuvo en la entrada, bajó un hombre joven en traje, extendió la mano hacia Daniel y dijo cortésmente:
—Señor Caballero, señorita Cisneros, soy Fernando Paz, el responsable de Cumbre esta vez.
—Señor Paz —Daniel le estrechó la mano con cortesía.
Milena también sonrió:
—El señor Paz parece más joven que el señor Caballero y yo.
—Señorita Cisneros, no me alague, usted parece una u