Vivian fue arrastrada afuera, la puerta se cerró violentamente, sus gritos se desvanecieron lentamente.
Después, varios hombres trajeron una cámara, la instalaron en un trípode apuntando hacia Silvia.
—¡Ustedes! ¿Cómo se atreven?
Su rostro estaba pálido. Sin pensarlo sabía exactamente qué iban a hacer. Comparado con el video comprometedor que sacó Roberta y el video de Leticia, esta era la forma más maliciosa.
¿Quién diablos la odiaría tanto? ¡Dispuesto a destruirla de esta manera!
—¡Váyanse! —se lanzó como una loca hacia la dirección de la puerta.
Lamentablemente la puerta estaba firmemente cerrada con cadenas, enrolladas en la manija como si fuera un arma mortal, atando su camino de supervivencia.
Detrás de ella varios hombres ya mostraban sonrisas repugnantes. Se dio vuelta, esas miradas estaban llenas de intenciones viles, incluso uno de los hombres no pudo evitar reírse, mostrando esa boca amarillenta y maloliente.
—Ugh... —una fuerte reacción fisiológica la hizo querer vomitar.
T