Fátima explicó angustiada:
—Acaban de venir unos policías y se han llevado a Carlos. ¡Dicen que ha allanado una morada!
—¿Carlos no ha estado en casa todo el tiempo? ¿Cómo va a allanar una morada?
—Después de cenar, Carlos estuvo muy distraído. Cerca de las once salió solo. Le pregunté adónde iba, pero no me lo dijo —recordando la expresión descompuesta de Carlos, Fátima comenzó a sospechar.
¿Acaso habría ido a...?
En la Universidad Santa Mónica.
Silvia recibió un correo electrónico de Fabiola, desde Estados Unidos. Desde que Fabiola leyó su trabajo, ambas mantenían frecuentes discusiones sobre investigaciones de psicología por correo.
Este mensaje trataba sobre la publicación de un artículo. Fabiola consideraba que su investigación podía publicarse directamente en la revista de psicología. No era la primera vez que Silvia lo consideraba, pero no había podido culminar el proyecto; se había casado antes de obtener resultados y después del matrimonio abandonó su carrera y su futuro.
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