Capítulo 35
No había hecho nada malo, solo se había puesto la ropa nueva de su suegro, que había sido soldado en su juventud. Pero eso bastó para que se sintiera avergonzado y humillado.

—Deja de lamentarte y come algo, anda —le dijo Knut con severidad.

Klas asintió con resignación y se llevó un bocado a la boca.

Knut observó a su mujer desde el otro lado de la mesa. Ella comía con elegancia y delicadeza, saboreando cada plato como si fuera una delicia. De vez en cuando, tomaba un sorbo de jugo de naranja, y una gota se le escapaba por la comisura de los labios, brillando como una perla..

Knut extendió la mano y le limpió la gota de jugo de naranja con el dedo, y luego se lo llevó a la boca con una sonrisa pícara. Cerró los ojos y emitió un leve gemido.

—Qué dulce —susurró.

—Mientes —Astrid sintió un nudo en la garganta, a pesar de haber bebido la mitad del jugo de naranja—. Es ácido.

—No me refería al jugo.

Astrid se sonrojó hasta el cuello, y Knut bajó la mirada hacia su escote, que se entreabrí
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App