Landon
El desgraciado de Thane intentó golpearme de regreso, pero pude detenerlo antes de que lo hiciera. Siempre que la rabia me invadía, dejaba de mirar todo a mi alrededor y ahora mi objetivo era Thane. Quería deshacerme de él no solo por ser la persona que más deseaba mi destrucción, sino por ser el primero en la vida de mi esposa, que intentaba en vano parar los golpes que los dos nos dábamos.
—¡Basta, por favor! —gritó Lyra—. Estamos en un hospital, por favor.
Mi sangre hirvió más. ¿Acaso estaba defendiendo a esta basura? Mis puños se cerraron en torno al cuello de la camisa de Thane, que apretó los dientes, pero se contuvo de seguir atacándome, tal vez para verse bien ante Lyra.
—Por favor —suplicó mi esposa una vez más con voz débil.
Lyra se alejó de nosotros y se tambaleó. Antes de que cayera al suelo, tanto Thane como yo nos apresuramos a sostenerla, siendo yo el que lo hizo más rápido.
—¡Lyra! —exclamé preocupado.
—Voy por un médico —masculló Thane.
—Lyra, des