Lyra
Los días fueron pasando y las cosas volvieron relativamente a la normalidad en mi empleo con Amelia, pero no con Landon, que no había intentado volver a hablar conmigo sobre el tema a pesar de haberlo prometido. Y no lo culpaba, pues él recibía constantes llamadas de los laboratorios para que fuera a atender los asuntos relacionados con el nuevo medicamento y las últimas pruebas. Estaban surgiendo algunos problemas para obtener ciertas certificaciones, ya que otras compañías farmacéuticas estaban presionando para que ese lanzamiento no se diera, pero Landon, que era implacable con eso, no se estaba dejando vencer.
Aquella mañana, no solo los resquicios del sueño perturbador que tuve me hicieron saltar de la cama, sino los molestos ruidos que venían de afuera. Voces elevadas, gritos y ruidos de flashes resonaban con fuerza, creando un rumor desagradable.
Corrí hacia la ventana y me quedé helada al ver al grupo de periodistas que se había congregado frente a la casa; llevaban co