5. Creí que era usted más inteligente.

Las relaciones no debían de ser así, pero dejaría ese tipo de cuestiones cuando tuviera el dinero suficiente como para ponerse moralista, pero no podían obligarla a firmar algo que tal vez le traería consecuencias luego.

— Ella es la razón por la que me opongo a mudarme. —No esperaba que esos dos hombres ahí frente a ella comprendieran sus motivos o el apego que tenía hacia su madre.

— Puedo y acepto cada uno de los término, estar a su disposición siempre que quiera en el lugar que indique.

— No me sirves si no vives conmigo.—Negó levantándose, de su sillón, para qué perder el tiempo con alguien que ni siquiera entendía sus términos — Lo único que siento es que me hayas hecho perder el tiempo cuando lo dejé muy claro desde el principio.—Tomó el contrato y volvió a guardarlo en la carpeta exasperada, odiaba que le llevaran la contraria, pero sobre todo que las cosas no salieron exactamente como quería — Encantado Noelia, puedes marcharte, creo que no logramos entendernos y yo, sinceramente no sirvo para obligar a nadie a hacer algo que no quiere.

Ella se sintió humillada por las palabras del hombre, su rostro se puso rojo, y sus manos se apretaron en puños, tranquilizándose para no gritarle o peor aún, arrancarle la m*****a carpeta y tirársela por la cabeza.

¿Para que diablos le pedía que preguntara lo que no entendiera? No entendía por qué no podía seguir con su vida tal y como estaba si solo quería sexo de ella. Los quince días se lo aceptaba, podría ella vivir esos quince días con él ahora que su madre estaba fuera ¿Pero tenía que hacerlo después de eso por seis meses? Ese hecho era algo que no le cabía en la cabeza.

— Bien, si deseaba que no preguntara lo que no entendía, no debió mostrarme el contrato. Acepté solo estar con usted quince días, pero me niego a cambiar mi vida seis meses solo por una transacción de sexo. Si usted no puede entender eso, tiene razón, no nos hagamos perder más el tiempo. Dicho eso se levantó de su lugar dispuesta a largarse de ahí.

— Creí que era usted más inteligente.— respondió Marius molesto.

Mathew que veía todo desde fuera estaba tentado a dejar que esa chica se marchara, era demasiado joven, pero lo que vio cuando las miradas de esa chica y su amigo se cruzaron lo hizo aclararse la garganta para interrumpirlos. Esa pasión a la hora de desafiarse, aquello era interesante, porque no lo había visto en él desde… desde ella… tal vez Noelia era la persona que podía sacar a su amigo del pozo en el que estaba metido desde hacía más de cuatro años, tal vez era quien podía ayudarlo a olvidar.

— Me permiten — Se levantó y abrió nuevamente la carpeta, volviendo a sacar los papeles y dejarlos nuevamente en la mesa.— La señorita está algo nerviosa¿Cierto?— preguntó observándola y haciéndole un gesto para que se acercara — Y tú, Marius demasiado acostumbrado a chicas... Bueno... Ya sabes el tipo de chicas que frecuentas, pero esta vez querías una mujer poco experimentada — como le costaba dirigirse a ella en ese término, cuando le parecía poco más que una niña— entonces debes moderar tu carácter.

Marius observó a su amigo molesto, pero lo dejo seguir hablando para ver a donde quería llegar.

— Este contrato, se extiende a seis meses, porque es el tiempo que Marius permanecerá en este país y quiere pasarlo con usted, pero, como previamente hablaron, usted puede darlo por cancelado tras los 15 días de prueba ¿Entendieron los dos o les hago dibujitos?

Noelia jamás había conocido a alguien que le hiciera perder los nervios, como ese hombre.

Lo peor es que físicamente era su tipo, y de quién no lo sería, parecía un punto príncipe de Disney sacado de un cuento, solo le faltaba el corcel blanco, pero en cuanto a su carácter, era demasiado... una manera amigable para la que ella pudiera describir a Marius, era exasperante y autoritario, se notaba que estaba acostumbrado a que todos a su alrededor hicieran lo que él quisiera.

— No me importa si el señor aquí presente está todo el año, el trato han sido quince días y es lo único que aceptaré quedarme en su casa, no tendría como justificarme con mi madre.

Aunque no quisiera, tenía qué, esa es la razón por la que seguía ahí, tratando de tranquilizarse y agradecía al abogado que el fuera más inteligente que su cliente en cuanto a dirigirse a ella, podría tener diecinueve años, pero no por eso dejaba que alguien más quisiera doblegarla.

Por lo que tras volver al escritorio tomó la pluma de manos del abogado y puso su rúbrica en el papel, era claro para ella que todo terminaría en quince días, ni creía ser capaz de soportar el carácter de ese hombre mucho más tiempo.

— Si es todo lo que tenemos que atender, me iré, tengo que prepararme para estar fuera de casa por dos semanas.

En cualquier otro caso, Marius habría roto el contrato en sus narices, pero con ella le picaba la mano, tenía ganas de ponerla sobre sus rodillas y azotarla, aquello le hizo sonreír, ella había consentido los azotes, aunque por esta vez simplemente le bajaría los humos de otra forma mucho más placentera.

— No, no es todo de lo que tenemos que hablar, el contrato empieza desde ya.—La tomó del antebrazo para que no escapara y le hizo un gesto para que se quedara, tocó el botón de su intercomunicador.— Angélica, cancela todas mis citas de la tarde.

Mathew no tuvo nada más que añadir, además conocía a su amigo y supo que él allí ya estaba sobrando, así que se levantó y se marchó tras despedirse discretamente.

— Iremos a almorzar al club de campo y pasaremos la tarde juntos.—La atrajo contra su cuerpo y rodeó su cintura con un brazo para que no tuviera opción de separarse, se veía tentado a robarle otro beso tal y como había hecho la vez pasada, pero no, está vez haría que lo ansiara, que se lo pidiera o que lo hiciera ella misma. — Luego si quieres irás por tus cosas, aunque en mi casa no te hará falta nada, yo puedo proporcionarte cualquier cosa que necesites o podemos pasar a comprarla antes de llegar, no necesitas pasar a hacer ninguna maleta.

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