El hombre con el que había despertado había llamado a los médicos para que me revisaran.

Me habían preguntado cosas sobre mí.

Sobre las personas que conozco pero yo no recordaba nada.

Aún no lo hago.

—La señorita tiene una contusión cerebral.

Depende de la gravedad del golpe puede mejorarse.

— ¿Cuándo recuperará la memoria?

—Eso no lo sé.

Pero deben tener mucho cuidado.

Estuvo a punto de perder el feto así que debe tener un reposo.

— ¿Feto? —preguntó el hombre con un hilo de voz y yo me pregunté lo mismo sólo que no lo dije en voz alta.

Estaba demasiado angustiada como para eso.

Primero despierto en un lugar que no conozco, con un hombre que no conozco y ni siquiera sé quién soy o qué me pasó.

Por lo que sé tuve un accidente pero ahora el que esté embarazada me hace temblar.

¿De quién voy a tener un bebé?

Estoy tan abrumada pero escucho las palabras del médico.

—Le practicamos unos estudios a la señorita y determinamos que tiene tres semanas de embarazo.

Fue un milagro que no perdiera