36Amalia fue a la habitación de los bebés y luego a la suya. Jean había preparado para ella toda una verdadera sorpresa para consentir la.
Amalia entró, la luz tenue de las velas reflejaba un ambiente romántico y misterioso.
Amalia cerró la puerta y en ese momento Jean la abrazó por la cintura desde atrás.
—Una velada romántica para mi mujer. —susurró al oído.
Amalia se giró quedan frente a él y rodeó sus brazos en su cuello.
—Todo está muy lindo vida mía. —respondió ella uniendo sus labios a los del hombre que amaba.
Jean respondió a ese beso con mucha pasión y deseo, exploró su interior, sus lenguas tenían una danza erótica que los invitaba a la entrega.
La tomó en los brazos y la llevó al baño donde la bañera estaba llena de agua con esencias y pétalo.
Sus prendas cayeron al suelo, volvió a cogerla en brazos y entraron a la bañera.
—¡Mmm! Lo necesitaba mucho. Creo ya podemos estar en paz por mucho tiempo. No soportaba tanto estrés. —expresó con tranquilidad y poniendo su cabeza sob