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Dos días pasaron, las habitaciones de los niños estaban listas, Frank esperaba impacientes por ellos.
-Amalia, muchas gracias por preparar la llegada de mis hijos, será una sorpresa para Rainier, es un poco difícil desde que su madre no está.
-Tranquilo doctor, es mi trabajo y lo hago con mucho amor.
-Tu trabajo será ser la maestra de español. -Dijo Frank y Laura llegaba.
-Doctor, llegaron.
-Gracias Laura, vamos.
Frank y Diana salieron a recibir a Rainier de once años y la pequeña Carolina de dos años.
-¡Hola papá! Abuela, te extrañé mucho, ya quería volver. -Habló fría mente el pequeño pasando de largo casi rosando a Laura haciendo que se mueva a un lado
-¡Rainier! Vuelve aqui y pide una disculpa.
-No, no por favor, déjelo que se vaya, debe estar cansado. -lo excusó Laura mirando a Rainier caminar y subir las escaleras.
-No puede comportarse así. -tranquilo no pasa nada.
Laura se acercó a Frank puso su mano en el hombro tratando de calmarlo.
Amalia llevó a Carolina a su habitaci