Capítulo extra XVII.
Alan.
Tenía un mal presentimiento cuando salí de la casa de los cachorros.
No sabía exactamente qué era lo que me preocupaba ya que tenía, literalmente, a un montón de ojos por todo el territorio y en teoría nadie sería tan estúpido como para atacar cuando el Alfa más temido del Sur y un pequeño ejército se encontraba en mi territorio.
Si, sería estúpido pero... bueno, sin conocer los motivos detrás de los múltiples ataques contra mí y contra mi manada, era difícil saber si el responsable tenía o no la motivación suficiente (o la cordura) para hacer algún movimiento temerario.
Me quedé cerca de los cachorros mientras el grupo más numeroso de adultos nos rodeaban alertas. El plan era llevarlos hasta el centro del territorio y formar una especie de "cerca lobuna" para que ellos pudieran correr y jugar libremente por al menos dos horas. También quería aprovechar este viaje para tratar de enseñarles cómo detectar pequeñas presas usando sus igualmente pequeñas narices.
Quizá inclusive