Capítulo extra XII. Parte I.
Frederick.
Extrañaba la comida de mi nieta Rose, así que esperaba que Vanesa terminara sus asuntos en el Norte pronto para que así yo pueda regresar a nuestra cálida manada a sentar mi trasero todo el día frente al televisor mientras mi humana favorita me alimenta.
Ese era un plan de retiro para mi vejez excelente; yo ya había contribuido un montón con nuestra sociedad lobuna y esperaba que Nuestra Gran Madre por fin me dejara descansar para vivir mis últimos años con comodidad.
Pero no. Nuestra Gran Madre requería de mis servicios y yo no podía negarme. ¿Por qué me escogió a mí como su chico de los pequeños e importantes trabajos? No lo sabía. Después de tantos años de preguntarle, ella seguía sin responder.
Recuerdo la primera vez que se presentó ante mí; fue justo después de la muerte de mi amada pareja humana.
Uno de mis Betas había estado esparciendo rumores sobre la incapacidad de mi pareja para continuar con la línea fuerte de Alfas. Yo sabía que era una estupidez, pero rea