Capítulo 30.
Yo veía muy grave al Alfa así que lo dejé momentáneamente sobre la nieve y los escombros para comenzar a buscar una salida.
Al otro lado del túnel colapsado no podía ver una m****a así que no sería el camino más rápido si tenía un ataque de pánico o si me caía de cara. Técnicamente sabía que estaba cerca, de alguna forma tuvo que haber entrado el señor sin cabeza ¿No?
Mi otra opción era comenzar a apilar escombros sobre el borde y subir. No sabía la gravedad de mis heridas así que tampoco sabía si con el esfuerzo físico colapsaría o algo.
Así que comencé a buscar mi jodida arma. Gritaría hasta que mis pulmones colapsaran y dispararía a cualquiera que viniera y me mostrara los dientes. Con eso en mente busqué por el sitio aproximado de mi caída.
Mis manos a este punto estaban congeladas y sentía que tocar cualquier cosa era como si me estuvieran arrancando la piel.
-Me deberás una jodida cena de verdad. – Murmuré entre gemidos mientras movía los escombros. – Nada de carne de venado