Mundo ficciónIniciar sesiónPero ya ella, Luci, se aleja rumbo al lago, dejándome a mí sentada en un sillón en la terraza, mirando a lo lejos la casa del señor Minetti, y hasta me parece verlo en el balcón de nuestra habitación, mirando hacia acá.
Cierro mis ojos, dejando que el sol me caliente; realmente es agradable. El aire se siente tan limpio, escucho el canto de los pájaros, el ruido y las voces de todos mientras arreglan la casa al gusto de mamá. Su voz se oye alegre y feliz. Me siento tan cansada y, al mismo tiempo, aliviada. Por lo menos, mamá y Luci van a estar seguras aquí en esta casa. Y es verdad lo que dice Luci: cuando le den esas crisis, en que su piel se llena de granos, no tendrá que estar escondida en su habitación. Podrá seguir saliendo a pasear por todo esto sin que las personas la miren y se aparten de ella, asustadas y con cara de repugnancia. Puede que, d






