El sonido de la alarma me despierta abruptamente, miro a mi lado a mi pequeño, completamente dormido, ni siquiera el fuerte sonido lo puede remover. Le acaricio su pequeño rostro, cada vez se parece más a él a Alejandro.
Me levanto y me preparo rápidamente para ir a trabajar, miro el reguero en la sala de estar, los juguetes y la ropa que Emily le trajo de cumpleaños a mi pequeño, no tengo tiempo para recoger nada, así que dejo todo tal cual, y me dispongo a despertar a Martín, para bañarlo y llevarlo al jardín.Corro por las calles de Paris, tratando de cumplir con el horario del jardín y mi trabajo, simultáneamente, pero es más que imposible, cuando en ambos lugares debería estar a las 8:00 am y están a unos cuantos kilómetros de distancia.— Buenos días, Luca — saludo al dueño de la pequeña cafetería, agitada, cansada y sudorosa, hoy como todos los días se ve molesto por mis minutos de tardanza.— Tengo que hablar contigo, Olivia — con un gesto me ha