– Olivia…
– Alejandro – me giro rápidamente para verlo, está despierto, se ve cansado, terriblemente golpeado, pero por fin después de quince días ha despertado.– Cálmate, no te esfuerces. Ya llamo a las enfermeras.Entra una, dos enfermeras. Luego la doctora, lo examinan y regulan sus medicamentos. Alejandro me observa y observa el niño que llevo en mis brazos y él admira con atención todo lo que sucede frente a él.– ¿Por qué no me habías dicho? – pregunta, su voz se escucha forzada, como si le costada mucho hablar.– Lo siento, no hables. Por favor, sé que me equivoqué y espero que me perdones por ello. Yo… yo tenía miedo.– ¡Papi! ¿Jugamos? – le pide Martín a Alejandro.– En este momento papi no puede. Tiene que descansar.– ¿Esto es tuyo? – le pregunta Alejandro a su pequeño, las lágrimas salen de sus ojos sin poderlo controlar.Martín asiente y se restriega los ojos.– Deberían ir a descansar. Yo… nQuerido, lector. Un millón de gracias por el tiempo que le dedicaron a mi historia, espero los hubiese llenado de sabor en su vida, y que hubiesen aprendido al menos que el cardamomo y la cúrcuma no se deben mezclar. (Es broma) “Si le pones sazón y calor a la vida, tendrá un mejor sabor” Les dejo mi IG @escritorjennyfersanchezr para que sigan mis otras historias aquí mismo en Buenovela, y si tienen más preguntas de este libro y personajes no duden en escribirme. Un abrazo gigante.