"Esta es una clase para principiantes", murmuró Zuri.
Suspiré, mirando a los lobos más jóvenes que me rodeaban.
—Supongo que soy yo quien necesita unirse a los principiantes y no nuestro mate.
"Eso no significa que sea más fuerte que tú. Eres excepcional, Katie", dijo Zoe como para consolarme.
Estaba deseando decirle que no era una competencia entre Davien y yo, pero en lugar de hacerla sentir mal y crear otra razón para discutir, acepté sus palabras.
—Soy excepcional porque te tengo a ti y a Zuri, Zoe. ¿Pueden llevarse bien por mi? —les pregunté a mis lobas, esperando que mi voz les llevara mi mensaje.
Mi mente se quedó en blanco por lo que pareció una eternidad.
"Puedo intentarlo. No quiero morir, y tampoco quiero conquistar toda tu alma, Katie". Murmuró finalmente Zoe.
Zoe era la última persona de la que esperaba cooperación porque ella era la impulsiva, o al menos eso era lo que creía basándome en cómo había reaccionado a diferentes incidentes en las últimas veinticuatro horas.
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