Llegué al trabajo de Grace, entré a su oficina y me senté frente a ella. En su escritorio había varios muffins, así que agarré uno y me lo engullí.
— ¿Y ahora tú qué tienes? — me preguntó, mirándome raro.
Yo la miré con mi mejor cara de tragedia.
— Volví a trabajar con Jona — le dije mientras masticaba.
Ella puso los ojos en blanco de inmediato.
— Estoy empezando a creer que eres una masoquista — me dijo.
Yo me encogí de hombros.
— Jona me lo pidió y no pude decir que no — le respondí.
Grace cerró los ojos por un momento, luego respiró profundo y me miró.
— Sí, aja, como digas — me dijo.
Yo tragué un jadeo y empecé a respirar lentamente para calmarme, tenía ganas de llorar, estaba tan sentimental con todo esto.
— Hayden está con Debbie, esa perra sisañosa, cómo la detesto — le dije.
Grace se quitó los lentes y los puso a un lado.
— Masoquistas los dos, están hechos el uno para el otro, tú le mientes y el otro idiota se mete con una mujer de la cual no siente nada — me dijo.
Yo me cruc