Capítulo 399
Aunque hubiera corrido al aeropuerto, ¿qué podría haber hecho? ¿Decirle a Ana que había cambiado por Emma, que no había estado con Sofía, y pretender retenerla a su lado el resto de su vida? No, eso era imposible…

Ana iba a ser madre, y eso, en cierto modo, era algo bueno. Emma tendría otro ser querido en su vida.

Mario estaba tirado, respirando con dificultad…

Fuera, Gloria se recuperó de su sorpresa y volvió a entrar al estudio. Al abrir la puerta, se quedó petrificada:

—¡Mario!

Corrió hacia él y, con esfuerzo, lo ayudó a volver a su silla de ruedas. Mario estaba sudando copiosamente, las gotas de sudor caían como perlas. Gloria, con voz tensa, anunció:

—Voy a llamar al doctor Castillo.

Mario la detuvo con un gesto. Observando el papel caído en el suelo, dijo con suavidad:

—No llames al médico, Gloria. Prefiero estar solo un momento.

Gloria intuyó sus pensamientos. Recogió la nota del suelo y se la entregó; tras reflexionar un instante, empezó a decir:

—Lo cierto es que…

Mario no la
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