Lauren recibía una llamada de la policía diciéndole que Judd había sido asesinado, eso lo impresionó mucho, no le iba a decir a Dafne que descansaba en esos momentos en el jardín y a la que le había preparado un postre de gelatina:
—Toma, cariño.
—¡Qué rico! Hace tiempo que no como uno de estos.
—Solo deseo consentirte, cariño.
Bruno jugaba ruidosamente con los perros y ella le dijo:
—Debes decirle que baje dos rayas a su ruido.
Él miró al niño contento, parecía haber superado todo ese cruel episodio y le dijo a la joven:
—A mí no me molesta.
—Pero a mí sí…
—¡Qué pena!
Ella lo miró venenosa y él le hizo una mueca, Bruno se acercó:
—Mamacita, dame un poquito.
—Claro mi amor…
Lauren entonces le dijo a la joven:
—¿No le ibas a decir algo?
El niño la miró intrigado:
—Nada mi amor, que te adoro.
El niño corrió a seguir jugando y Lauren se le reía por poco carácter que mantenía, quería que él fuera el malo y no le iba a permitir eso.
Bruno recibía una alerta de internet y v