Cap. 28 Cuando los son culpables
Lauren daba vueltas por la habitación molesto y Dafne no entendía su “molestia”
—Sé que me equivoqué y que te lo oculté.
—¡Pude haberlo perdido!—gritó de pronto.
Ella se recostó todo, comenzó a darle vueltas, entonces sintió un tirón en el estómago y salió corriendo al baño a vomitar.
Sus piernas no las sostuvieron y cayó de rodillas, Lauren fue donde ella y la vio vomitando, el dolor que experimentaba hacía tensar su herida y él la ayudó a levantarse.
—Calma, todo va a estar bien…
La llevó a la cama y la recostó, Bruno entró con su cabeza vendada y una gran sonrisa:
—Mamacita—se detuvo al verla pálida—¿Qué tiene?
—Es el embarazo, pero no te preocupes, ella estará bien.
El niño se acercó y se recostó en el regazo de su mamá:
—Me duele la cabeza…
—Hijo…
—¿Quieres que te dé una pastilla para el dolor?
—Sí, por favor.
Se lo llevó cargado y le dio la medicina y lo recostó en la cama:
—Debes descansar.
Los perros entraron y se subieron con él a la cama.
—Ellos te cuidarán.