145. Sin sentido
Maya no comprende esta actitud. Y cuando tiene la esperanza de que todo esto sólo sea un mal sueño, una pesadilla que busca nada hacerla sufrir más aún. Si no pudiese conocer a Jason cómo lo hace, o hasta ese momento, la actitud que mantiene es arisca y lejana hacia ella misma. ¿Por qué? ¿Cuáles son las incógnitas que mantiene? No puede dar cavidad a los pensamientos que ya están en su mente embrollada. Hay muchas cosas por las que pensar y ni siquiera conocer la manera adecuada de responder a esta duda que no la deja en paz.
—Jason, por favorpide Maya, tomándole del brazo y tirando de él. Un rincón allegado es lo que se divisa al instante y a pesar del rugido que hay a sólo unos instantes ahora el problema no es ese. Los ojos de Jason nada más hacen entender de su disconformidad.
—¿Quieres que mencione a Diana ahora? ¿Realmente quieres eso?
La voz de Jason se oye fuera del alcance de una serenidad. Tiende a ser más agotador, como si estuviese cansando.
—No, yo sólo —mueve sus