Marina ignoró la llamada como si no la hubiera visto.
En el hospital, la expresión de Camilo se volvió aún más fría. Decidió entonces enviarle a ella un mensaje de texto.
[Marina, esta noche no regreses al jardín Esmeralda. Le dije a mi abuela que pasaríamos la noche fuera].
Marina vio al instante el mensaje y se rió con desprecio. ¿Pasar la noche fuera? ¿De qué está hablando?
…
En el penthouse del hotel Regal, solo había una suite dedicada exclusivamente para recibir a invitados distinguidos, e incluía una amplia piscina al aire libre.
Un hombre muy guapo y bien formado salió de la piscina. El gerente general del hotel, con respeto, le entregó una toalla.
—Señor Herrera.
Diego tomó en ese momento la toalla y se secó el cabello. Luego se puso una bata blanca con una expresión bastante serena.
—¿Qué sucede?
El gerente general sonrió.
—Le he traído a una hermosa joven para que le dé un masaje relajante.
Una mujer vestida con un traje blanco estaba de pie cerca, visiblemente emocionada