Capítulo 86
Marina sonrió y saludó:

—Señorita Leticia.

Luis y su hermano se sentaron, mientras Marina permanecía de pie detrás del sofá, para no interrumpir en ese momento su conversación.

En un evento como este, una secretaria no podía simplemente unirse a ellos de manera tan fácil.

Julio observó la cadena que Leticia sostenía en su mano.

—¿Por qué no te la pones?

—Llegaron demasiado pronto. Justo iba a pedirle a Diego que me ayudara con la cadena —dijo Leticia con un tono muy dulce y coqueto—. Qué pena.

Julio, divertido, comentó:

—¿Puedo ayudarte con la cadena?

—No —Leticia le lanzó una mirada de desprecio y tiró apresurada de la manga de Diego—. Diego, ¿me ayudas?

Marina, desde su posición, vio a Diego dirigirse al baño. Leticia se encogió un poco los hombros, sin lograr desanimarse.

—Diego realmente no tiene clase alguna.

Sus palabras indicaban que se conocían muy bien.

Cuando Diego se fue, Marina le dijo a Luis:

—Voy a saludar a mi exmarido.

Luis afirmó y observó cómo Marina se alejaba del l
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