A veces, las personas mayores creían más en la suerte que en los datos fríos y duros de la ciencia.
Marina no podía permitirse perder tiempo con esto. Su mente trabajaba a mil por hora, buscando una pronta solución.
Las dudas de Mateo y de los demás accionistas eran un verdadero obstáculo, pero algo con lo que tendría que lidiar.
Con determinación, miró directamente a Mateo.
—No voy a evadir mi responsabilidad por este terrible incidente. Formaremos un equipo de investigación lo antes posible para determinar la causa, y activaremos en este momento el plan de emergencia para minimizar las pérdidas al máximo.
Luego, se volteó hacia los demás accionistas y, con una mirada firme, respondió con calma:
—Les prometo que haré todo lo que esté en mis manos para manejar esta crisis, asegurarme de que la empresa siga adelante y proteger los intereses de los accionistas. Les pido paciencia. Tendrán una respuesta concreta muy pronto.
En la sala, el silencio era bastante denso. Los accionistas inter