Capítulo 420
Yolanda le dio una cucharada de helado a Yulia, y la niña, con una sonrisa algo traviesa, le devolvió el gesto.

Las dos habían comprado sabores diferentes de helado y se estaban entretenidas compartiendo, probando lo que la otra había elegido.

Yulia entrecerró los ojos, disfrutando con agrado de cada bocado, y con una sonrisa de satisfacción, dijo:

—¡Tu helado de fresa está buenísimo! La próxima vez voy a pedir de fresa también.

Yolanda sonrió, feliz de que le gustara, y le volvió a dar una pequeña cucharada de helado de fresa, pero justo en ese momento, Víctor apareció de la nada y le quitó la cuchara de las manos.

—Sí, está muy rico —dijo él, con una sonrisa traviesa.

Yolanda lo miró, algo sorprendida.

—¡Víctor!

¿De verdad no tenía vergüenza?

Yulia, con los ojitos bien abiertos y un ligero puchero en el rostro, le reclamó indignada:

—¡Víctor! ¡Eso era para mí!

¿A esta edad todavía le quita la comida a una niña?

Víctor, con un tono suave y con esa calma de siempre, le explicó:

—Tranqu
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