Capítulo 368
Álex regresó justo cuando Marina conversaba sonriente con Diego, creando una atmósfera relajada.

Sin embargo, bajo la mesa, su mano apretaba con fuerza el muslo de Diego. El dolor le recorrió de inmediato todo el cuerpo, pero Diego mantenía una expresión imperturbable, con una leve sonrisa, completamente relajado.

Tras un rato más de charla entre los tres, la cena llegó a su fin.

Álex, de forma educada, comentó que su conductor lo llevaría de regreso al hotel, y antes de irse, le dijo a Marina:

—Señora Marina, nos vemos mañana en el Grupo Zárate. Espero que podamos concretar la colaboración.

Con estas cortas palabras, dejaba claro que había decidido formalizar el acuerdo con el Grupo Zárate.

—Nos vemos mañana —respondió atenta Marina, sonriéndole sinceramente.

Cuando el auto de Álex se alejó, Diego se quedó junto a Marina.

Bajó la voz con cierta coquetería y le preguntó:

—Marina, ¿vas a casa conmigo? Si no, ¿puedo acompañarte?

Marina levantó una ceja y le dedicó una hermosa sonrisa. No
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