Por Irina
-Roque, salí, porque es mi habitación.
Le digo desde el umbral.
-Te invito a cenar, pero vamos.
Le digo queriendo que salga de mi habitación.
-Es muy femenina.
-Sí.
-¿La estrenaste?
¿Me está cargando?
-Duermo acá.
Le contesté.
Él sonrió y su sonrisa me derrite.
-¿Esta ventana da al parque?
-Sí.
Entré a mi habitación para pedirle que ya salga.
Roque tomó mi mano y me acercó a él.
-Perdón... Iri... yo...
Me mira pero no sigue la frase.
Me abrazó con fuerza.
-Te quiero.
Me dijo al oído y sentí mil cosquillas por dentro.
Su boca resbaló despacio hasta la mía.
Comenzó a besarme lentamente, como con miedo a que me alejara, pero en ese momento yo era incapaz de hacerlo.
Tímidamente le devolví el beso y eso fue suficiente para que se desatara todo lo demás...
-Iri...
Gemía sobre mis labios.
-Iri... te amo.
Sus manos iban recorriendo mi cuerpo, apretando cada centímetro de él.
Llegó el momento en que yo subí mis brazos y rodeé su cuello.
No sé cuánto tiempo estuvimos así.
Sentí c