Capítulo 5

Capítulo 5

Kaiven

– Por un momento me sentí feliz, creí que tal vez te preocupabas por mi

– No te sientas feliz por cosas tan tontas, Kaiven, un ser tan magnánimo como tú no debe rebajarse con cosas tan banales.

– ¿Cuándo no me he rebajado ante ti? Siempre ha sido de esta forma, yo soy un magnánimo lobo Alfa, lidero a cientos de lobos que siguen mi designio como su fuera una ley, pero cuando estoy ante ti soy solo un hombre, Amira, y siempre ha sido de esta forma, al igual que hace cinco años, yo fui rechazado por ti sin siquiera darme la oportunidad de luchar por nuestro vinculo – se comienza a reír

– ¿oportunidad? ¿en serio te hubieras enfrentado a tu padre?

– Hubiera hecho lo que fuera, aunque me hubiera pedido que me apartara de la manada, eso habría hecho, porque eras mi compañera y creía que tenía que estar contigo

– ¡aun así terminaste rechazándome!

– Porque era lo mejor para ti

– Claro, es más fácil ahora decir que era por mi bien ¿sabes qué? No me importa, ya no vale la pena seguir hablando de lo mismo, las cosas sin sentido no tienen sentido en el pasado, y tampoco en el futuro.

– ¿en serio vas a casarte? ¿es acaso es tipo con el que te quieres casar mejor que yo?

– Deja de preguntar, por más que preguntes no voy a responderte

– Comprendo, ya te dije dónde voy a estar, come y sale.

Salgo de la cabaña a toda prisa porque siento la llamada de mi Beta, esta arrodillado frente a la cabaña.

– Dije que no quería que nadie me molestara durante la noche, ¿es que quieres que te decapite, Beta?

– Lo siento mi Alfa, pero es que acaba de llegar Nika – es la loba que designaron para ser mi compañera, le he dicho muchas veces que no voy a nombrarla, pero sigue insistiendo – sigue preguntando por usted y por más que le dije que no iba a recibir a nadie no conseguí nada – mira hacia la maleza en su espalda – intente despistarla, pero creo que encontró su rastro, Alfa

– ¡así que quien quiere ser decapitado es otro! Levántate del suelo Beta – siento la presencia de la loba que escogió mi padre para ser marcada como mi compañera, está muy cerca.

– No le va a hacer gracia que este con la humana, Alfa

– De hecho, no lo hace – sale Nika de entre los árboles -esa humana no debería de estar en nuestro territorio, tu padre le aseguro al mío que nunca regresaría

– Ahora yo soy el Alfa, no mi padre, y a mi territorio entra quien yo quiera loba Nika, y lo que me parece una total falta de respeto es que estes incumpliendo mi orden de no molestarme durante la noche

– ¿acaso interrumpí algo? – su altanería es toda culpa de mi padre, le dio un poder que aún no debía de tener y cree que puede darme ordenes

– Ese no es tu problema, así que espero que te largues de aquí – la puerta a mi espalda se abre, Amira sale de la cabaña y se queda viendo la escena boquiabierta.

– ¿así que tú eres la humana que se cree que puede estar a mi altura?

– ¿y tú eres? – como siempre ella no se deja intimidar, como era de esperarse, ni siquiera se dejaba intimidar por mi padre, ni por mí, le pregunta con altanería.

– Yo soy Nika, hija y nieta de Alfa, destinada a ser la Luna de esta manada – me quedo al margen viendo la respuesta de Amira

– Lo primero no puedo discutirlo, pero lo segundo es una total tontería, no lo quiero, pero la única destinada a estar con este tipo ¡soy yo! Pero igual te lo regalo, puedes decir que estas destinada si así lo quieres.

– ¿Cómo te atreves a decirle “tipo” al Alfa?

– Es tu Alfa, no mi Alfa, no me interesa seguir la dinámica de su manada, y tu deberías de darte tu valor y no perseguir a nadie como él, date tu lugar, encuentra a alguien que te ame – se queda pensativa – claro, ustedes solo saben de poder, de mando, de posición, no comprenden lo que es el amor.

– Nika – le hablo con mi voz de mando más potente – te ordeno que te alees de esta cabaña y no vuelvas a acercarte nunca más, no quiero que te acerques a la humana – se ríe

– Viste humana, eres tan débil que Alfa tiene miedo de que te haga daño, si fueras como nosotros no necesitarías que te protegieras, podrías hacerlo por ti misma.

– Nika ¿me estas desafiando? – pone una de sus rodillas en el suelo

– Para nada, mi Alfa, lo voy a esperar hasta la mañana para que hablemos

– Beta, asegúrate de que nadie más se acerque aquí, si por algún motivo alguien vuelve a interrumpirme, vas a pagar las consecuencias – un simple asentimiento es suficiente como para saber que nada como esto volverá a suceder en lo que queda de noche.

– Es linda – me dice Amira

– ¿de que estas hablando?

– Tu compañera, es muy linda

– ¿celosa?

– Para nada, deja de poner cosas donde no las hay, solo digo lo que veo, es muy linda, y se ve que es justo lo que quería tu padre para ti… una loba de alto rango.

Me acerco a ella con paso amenazante, se mantiene en su lugar y levanta la vista hasta mis ojos.

– ¿me desprecias?

– Si, ¡eso es tan real como esa Luna que adoras tanto!

– Puede que sea verdad, pero no puedes decir que no te intereso como hombre ¿o sí?

– Claro que no me interesas – me paro a muy poca distancia de su cuerpo y pongo una mano cerca de su corazón – nunca lo has hecho, y nunca vas a hacerlo

– No te creo, cuando estoy cerca de ti, tu corazón late con más fuerza, lo mismo sucedía antes

– Antes te tenía miedo, ahora te tengo odio – sujeto su cara con ambas manos

– No creo ni una palabra de lo que estás diciendo – pongo mis labios sobre los de ella y lucha por apartarme, la sujeto con mucha más fuerza para que no pueda hacerlo – cuando me parece suficiente separo nuestras bocas y Amira me escupe con ira en el rostro

– Joder… eres un maldito idiota, sabía que eras un bestia, pero no pensé que te atreverías a tanto

– Puedo atreverme a más si me sigues provocando, así que no lo intentes, mi paciencia también tiene un limite Amira, y no vas a querer conocerlo

– Ah… ya que no te funciono el beso ahora me estas amenazando – vuelvo a poner mi boca sobre la de ella – lo único que demuestras actuando de esta forma es que eres un bestia

– Es que lo soy, y mi mayor error contigo es querer que me veas como un humano cuando no lo soy, así que a partir de ahora me voy a comportar como el bestia que siempre me dices que soy, se acabaron las concesiones contigo

– Te lo voy a repetir porque no parece que lo entiendas, ¡no te tengo miedo! Y no importa cuánto lo intentes, no quiero adoptar a ningún perro callejero, desprecio tanto a los de tu clase que me molesta que tengamos que respirar el mismo aire, aléjate de mi

– Eso no va a suceder, si no quieres ser mi compañera, entonces te vas a convertir en mi juguete – la tomo en brazos y la llevo dentro de la casa

– Suéltame, Kaiven, no quiero que me toques, suéltame – la deposito en el suelo, agarre su ropa y tire de ella con fuerza fuera de su cuerpo haciendo que la frágil tela se rompiera en mis manos, el primer instinto de ella fue taparse - ¿en verdad vas a hacer esto? No se para que pregunto, ustedes están tan adaptados a hacer lo que quieran que claro que si lo prefieres vas a hacerlo.

– ¿debería de hacerlo? ¿debería tomar tu cuerpo por la fuerza y mostrarte cuanto placer puedo darte? ¡el placer que ningún humano va a ser capaz de conseguir en ti! ¿debo intentarlo?

– No… no quiero que toques mi cuerpo – se para recta dándome una buena vista de todo su cuerpo, mi instinto primitivo, mi lobo se esta volviendo loco por poseerla, pero como humano se que esto no está bien, no debería de ir tan lejos. – pero imagino que de todas formas vas a tomarme.

Me acerco, pongo mi frente sobre la de ella, y aprieto su cuerpo contra el mío tirando de su cintura

– ¡quiero tanto tenerte que me estoy volviendo malditamente loco! ¿de verdad fue tan grande el agravio que cometí en tu contra? ¿no hay forma de que me dejes hacerte mía?

– Solo hay una forma… - busco sus ojos – su me prometes que me dejaras ir, me entregare a ti esta noche – la beso, por primera vez el contacto es ligero porque no se resiste.

– Me tienta… sobre todo este beso, mucho mas que tu oferta, pero no te quiero solo por una noche, eso seria faltarme a mi mismo, te quiero por siempre, quiero que seas mía…

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