Daniel recién salía de una reunión sintiendo un ligero dolor de cabeza. Las cosas se estaban saliendo de control respecto a una campaña de maquillaje, donde el director decidió hacer las cosas a su manera omitiendo las observaciones que Daniel ya había dado. Por ello, se dirigió al hombre y lo puso en su lugar, además de despedirlo por costarle la firma y la pérdida significativa de ciertas ganancias.
Luego de eso, volvió a su oficina para intentar relajarse un poco. En ese momento, Esteban entró a la oficina junto con una mochila y un tubo porta planos colgado en su espalda.
—Hola broh.
—¿Qué haces aquí Esteban?
—Ay, me alegra verte también.
—Si solo vienes a molestar. Vete. — Esteban se sentó y luego rodó los ojos.
—Vengo a dejarte la copia del certificado de nacimiento de Lucas. Mamá me dijo que lo necesitarías. — Daniel se levantó de la silla y se acercó a él. —Es bueno que Lucas esté finalmente haciendo cambios.
—Lo sé. — Revisó el certificado sintiendo un apretón en su pec