La Irene frente a mí era igual de impactante, si no más, que la Ania que conocía.
No quería chocar con ella.
[¿Por qué no te haces una prueba de ADN también?]
[Delia, respóndeme.]
[¿Otra vez huyendo?]
...
El ambiente en la sala sigue siendo relajado por fuera, pero mi celular no dejaba de recibir mensajes.
Fruncí el ceño y cambié el chat con Mateo a 'No molestar'.
Ahora que la Irene estaba aquí, él aún parecía dudar de mí.
—Señorita Lamberto, acabo de divorciarme y ya el celular no para de vibrar.
Isabella notó mi molestia y comentó con sarcasmo: —Vaya, parece que te buscas a alguien nuevo muy rápido.
Mateo hizo un sonido de desaprobación y estuvo a punto de enojarse.
No quería involucrarme con él en este momento crucial, así que adelanté: —Generalmente, no es comparable con la velocidad de Estrella. Yo acabo de divorciarme y ella ya se comprometió y rompió con mi exmarido.
—... ¡Tú!
Isabella me miró con furia.
Lo hizo a propósito.
De manera deliberada, frente a tanta gente, para averg