Olaia levantó una ceja con suavidad y dijo: —Ese es el punto. Si él me quiere, se siente culpable y quiere pedirme perdón, entonces, lógicamente, debe contarme la verdad.
Delia asintió en acuerdo: —Pero con la situación actual, un solo testimonio no sirve. Necesitamos que lo que Paula y Óscar digan coincida al cien por cien para poder lidiar con lo de Paula.
—Al menos ya tenemos una dirección para investigar.
—Eso es cierto.
Olaia se giró y se levantó de la cama: —Durante la comida les preguntamos.
Delia también se levantó, miró su celular y dijo: —Se han ido a tomar algo.
Olaia asintió y salió del dormitorio.
Óscar salió de la cocina y, al verla, le sonrió con una expresión amable: —Olaia, Delia, la comida está lista.
Delia observó la mesa, llena de platos bien servidos y una mezcla perfecta de carnes y verduras.
En voz baja, le dijo a Olaia: —Todavía se preocupa por ti, aunque qué lástima, el corazón no se puede controlar.
Olaia le pasó el tenedor: —Ya que estamos aquí, prueba un poc