Cuando regresé a casa, aproveché la conversación con Olaia y Óscar para dirigir el tema hacia Iván, buscando sutilmente averiguar si mi mamá aún sentía algo por él.
Ella captó enseguida mis intenciones y comentó: —¿Así que quieres que hable con Iván para darle una mano, ayudarlo a que despegue?
—¿Acaso Olaia va en serio con él? ¿Ya terminó definitivamente con José?
A pesar de los años, mi mamá está muy al día con lo que pasa.
No pude evitar reír y sacudí la cabeza: —No, no es eso… ni tampoco estoy tan segura.
Decidí cambiar el enfoque de la conversación: —Mateo y yo pensamos que la boda sea algo más íntimo, sin tanto despliegue, como el compromiso. Solo queremos invitar a nuestros amigos y familiares más cercanos. ¿Qué le parece?
Ella asintió: —Es tu boda, tú decides cómo hacerla. Yo solo estaré para apoyarte.
—Entonces, ¿puedo invitar a Iván? Recuerdo que ustedes tienen una canción juntos, es muy dulce y perfecta para una boda.
Con su experiencia y los años que llevaba en el mundo del